2021: El año en que rompimos con el tabú de la salud mental
La salud psicológica es fruto de un equilibrio perfecto: si se ignora, se tensa; si se tensa, se rompe; si se rompe, se trata. Durante el año pasado, marcado por la asfixiante incertidumbre de la pandemia, la sociedad comenzó a hablar de salud mental como una necesidad más, rompiendo con el miedo a la estigmatización que había perdurado durante siglos. La salud psicológica es inherente al ser humano. Forma parte del engranaje que nos convierte en seres vivos y no en meros supervivientes, siendo fruto de un perfecto equilibrio entre biología, cognición y contexto. Si se ignora, se tensa. Si se tensa, se rompe. Si se rompe, se trata. O al menos eso es lo que vemos a día de hoy como normal, aunque no siempre ha sido así. Durante la Edad Moderna, donde los avances científicos dieron pie a que las enfermedades mentales se equiparasen a las físicas, asociándolas a daños en los nervios y derivando en el popular término ‘neurosis’. A la vez, se comenzó a hablar de la importancia del contexto,